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viernes, 30 de enero de 2015

Breve poema: La hoja

¿Quién recuerda la rosa...
cuando aún no ha nacido?
¿Quién se fija en los
escondidos nidos
de las aves voladoras?
Yo me quede mirando la hoja;
Cómo caía del árbol perdido.
Solitaria en el piso roído.
Tan sólo por el viento, sonará.
Yo conozco el misterio
que atañe el caminar altivo,
con alma y ojos rotos.
Yo sé la salida
para las sonrisas vacías
y para promesas
sin una respuesta.

viernes, 23 de enero de 2015

Las ultimas horas del temor a la memoria.

En mi letargo estoy acostado, esperando impaciente una llamada, una visita de un amigo que pocos desean.
En el impedimento de luz de la noche, un moribundo candil ilumina mi vida desecha. Mientras que la espera hace crecer el polvo en mi desdichado pesar; disfruto cada aliento como si de un cigarrillo se tratase. De pronto llaman a la puerta al otro lado de la habitación angosta, que sólo por hoy se ve mas grande que nunca.
-Amigo mio,la puerta esta abierta- dije sin reparo y con la energías renovadas. Sin embargo nadie respondió a mi voz nocturna. Sin previo aviso, se encontraba aquel amigo sentado en mi mecedor, un compañero que no falla el día de su cita en acudir a la llamada inevitable. Un viento sombrío cruzó todo mi respirar y apagó la llama que me acompañaba en la abnegada noche.
En aquel final del día hasta la oscuridad de mi alcoba se vio eclipsada por las tinieblas de mi destino. El polvo que yacía en mi cuerpo se esfumo y recobré las fuerzas para sentarme y admirar la profanación de mi ingrato sueño. Pero el miedo empezó a apoderarse de mi cara y el instinto de engañar a mi sino, no dejó otra opción de alargar mi partida dirigiendo palabras dignas a mi invitado. No quería dejar este mundo sabiendo que mi presencia fue en vano, que sería un simple mortal entre los inmortales que perduran en la memoria.
-Oh intrínseco dueño de mi deparar, no nos digamos mentiras y muéstrame una solución aunque deba usar palabras vacías pero elocuentes.-
La figura no formuló gesto alguno y la parálisis que yo experimentaba en ese momento dejó que el silencio hablara por los dos durante largo tiempo. ¿Acaso esperaba una reacción de desesperada huida o me dejaría morir esperando un veredicto en horizonte de la mañana? Esperando paciente un discurso como si de una confesión a sacerdote se tratase.
Sin mas cartas con las que jugar, decidí quebrar el abismal vacío ya en mis ultimas horas para dejar en el aire la esencia de que palabras se habían derramado en este lugar.
- Viendo tu presencia me da la sensación de haber sido hundido lentamente en el agua. Como si me sumergiese arrastrado al fondo tirado por una roca atada a mi pie; gritando desconsoladamente, pero esos gritos a estas profundidades son tan solo ecos en la soledad. Sé a que has venido pero ignoro tu falta de acción, pero mas que ignorar me produce un pavor inimaginable. Ciertamente la incertidumbre causa la peor letanía de mis pecados.
Mi corazón se encuentra horadado por la maldad, ciertamente no soy mas que los desechos de la energía que en malos presagios auspiciaron malas acciones. No soy mas que las cenizas que quedaron tapando las esperanzas.
No debo elogiarte ahora con palabras zalameras pues conozco mi destino, tan sólo déjame partir con las ultimas memorias de un hombre acosado por su pasado. En estos tiempos aprendí a diferenciar la basura del rey y el tesoro de los pobres.
Mucho he dejado en mi deseo, pues por descuido he dejado escapar lo que en verdad valoraba. Ahora que ya no queda tiempo, veo las horas lentas pasar y mi cuerpo poco a poco se marchita en la ceniza y el polvo que nunca encontrará reposo en el eterno viaje del viento arrasador.
Por lo tanto y después de mis palabras me condeno a vagar por el tiempo y el espacio sin memoria ni propósito que seguir caminando sin encontrar un sentido. Pues no quiero ser víctima del olvido para los que alguna vez deje huella en su memoria y que al verme no niegan una sonrisa como recompensa.
Mientras miraba al techo recitando estas palabras sentía cómo todo mi cuerpo se deshacía, y mi boca empezó a tener sabor a tierra. Sabía que mi único temor era no ser recordado, pero mi fiel compañero decidió darme un último regalo. Mi cuerpo quedó sellado como una estatua de mármol, una lápida digna del recuerdo de un alma anónima que quedo su figura incorrupta. Mis ojos ya se rompen como el cristal, mis manos ya están frías y mi voz se está apagando...

lunes, 12 de enero de 2015

En busca de respuestas.

Un sonido lejano. Un grito pronuncia mi nombre en la lejanía. No hay punto de comprensión, ni lugar de proveniencia. Lo escucho dilucidando si en verdad comprendo el enigma de su canto.
El llamado ya se esta marchitando, tanto que olvidé hasta mi propio nombre. ahora navego entre las pasiones de la aurora. Al otro lado del mar se encuentra un lugar donde las luces del pasado aun brillan, la hoja no se marchita, y los cantos son perpetuos.
Queremos salir del dolor de estos campos inundados de fuego, queremos navegar con las luces de los que el tiempo no marchita.
Por hielo, por mar y fuego. Por los vuelos de las águilas, las migraciones de los peces o por la infinita posibilidad del sueño llegaremos a los verdes páramos. Surcare las aguas a lomos de una hoja de otoño, el aire hará el trabajo de llevarme a las costas del misterio.
El anhelo de volver a ver la luz, la nostalgia nos mueve a abandonar el frió invierno que corre por las venas de las montañas circundantes.
Se aproximan los pasos al son de tambores, y ya no quedan fuerzas más que para una ultima súplica. Me verán los océanos en mi barco. En mi meditabundo naufragio una voz incomprensible del futuro me dice que me verá navegando en los aires junto con los tres cielos, cerca del mástil del inmenso barco que surca el universo, acompañado de la luna y el sol.
Ya en mis tierras, las humildes cosechas fueron profanadas, la codicia hizo que la luz se opacara, el fuego quemó con rabia lo que con amor creamos.
Sueño que llegaré a las costas de los flautistas, las grandes canciones olvidadas y los cuentos inocentes. El viento me llevará a mi destino y las aves me acompañaran en mis baldías soledades.
 No habrá mas luz si la bondad en las pequeñas cosas nos hagan hacer cosas grandes.


-Viaje de Earendil.
Elegia a Tolkien.