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domingo, 31 de agosto de 2014

La Traición de la Patria

Pregunten por el pájaro que vislumbra fuego en la rama de su hogar. Quien fue el culpable da tal pernicioso desastre, destrozó su ilusión como el rogar sesgado de la verdad. Cruel papel desempeño la mano amiga.
El grito de traición retumba en la lúgubre estepa en la que se ha convertido ahora la frondosa penumbra de verdes hayas y pinos. De nada sirve correr por refugio pues ahora la lluvia toca su piel.
Que desheredada se siente ahora la voluntad, que sin esperanza retumba en un ataúd sin construir. Que retiro no nos llevaría a tierras donde los consideran extranjeros. Quien en el otrora se preocupaba por ellos, si ahora ya no existen. Las marchas pretorianas no resultaron útiles, ni el invisible escudo de presencia pudo detenerlos, ni la bandera de su patria sirvió para cobijarlos, quien confía ahora en la paloma blanca que lleva en la boca un cuchillo.

lunes, 25 de agosto de 2014

Primer capítulo: "El Preludio a la Destrucción"

De vuelta a la ilusión sesgada; el camino infinito a la desesperación premeditada. Nos acercamos a la inevitable extinción de nuestras sanas mentes, pero preferimos extinguir directamente nuestra propia existencia. Parece que los innumerables consejos no sirvieron de nada y nos vemos ahora aquí atrapados, envueltos por la lluvia de metal.
Los dos se despidieron en el ocaso, ella iba a cuidar su hogar, él iba a protegerlo. No hubo mas que un adiós patriótico que no debió ser pretexto para ocultar que tardaría en volver. Luego de darse el último beso partieron sin mirar atrás, con la única melodía de las hélices y vientos turbulentos. Rompió la lluvia de entre la tranquila pista de aterrizaje, que ese día sólo serviría para que despegaran las ultimas esperanzas de un sueño fallido, un sueño que fracasó antes de haber empezado.
Y así desde ese mismo momento, él sabia que se estaba embarcando en un viaje del cual sería difícil regresar. Desde ese instante pensó que si la penumbrante sombra lo alcanzaba en la trinchera, nunca mas vería la luz del sol como antes, el pan le sabría a tierra y las manos siempre apestarían a pólvora. No había escapatoria, por donde corriese, el camino se sembraría de ceniza regada por lagrimas, de senderos hechos de cristales rotos.
Ella supo, desde el momento en el que abrió la puerta y tiro las llaves a la mesa, que todo cambiaría. No aguantó más la sonrisa del deber, por el desgarrador llanto de necesidad. No recibiría heridas de bala, el dolor que ella siente no se puede comparar con otra cosa. Supo que las manos le dolerían de tanto escribir cartas, que sus ojos perderían la luz de tanto llorar, que los pintalabios no sirven de nada en el letargo eterno y que el timbre de la puerta sería una pesadilla cada vez que sonara.
Desde ahora, saben lo que es el miedo, saben que es la soledad, saben que es el lento pasar de las horas; pero lo que de verdad produce terror es la incertidumbre de no saber que pasará.

martes, 19 de agosto de 2014

Arreglando pasado para el futuro

Esperando a que pase el tiempo, la paciencia no es pretexto para ser uno mas en un punto desolado. llego sin aviso, sin respeto por la premeditación. quedo mirando desamparado sin saber que decir, preguntándome a cada instante por irremediable paso del tiempo.
Me quede pensando en las figuras que me torturaban del pasado, los irreverentes errores que quedaron atrás me siguen aun acosando, recordándome por cada segundo la agotadora silueta de la codicia por la emoción. Se suponía que ya había quedado en el olvido mas placentero, que no tendría que volver a socavar la memoria de los recuerdos mas hermosos que tuve. Estoy cansado de seguir solitario mi camino sin ninguna meta salvo de seguir poniendo un pie sobre el otro. Estoy cansado de comerme el paso del tiempo sin propósito ni destino mas que seguir a delante.
Aun sigue en mi sueños y quedan tan solo pocas pruebas de la existencia verdadera, las cartas de ese tiempo se borraron con el afán de no aferrarme al pasado, con el propósito de sacrificando el presente arreglo mi pasado para mejorar el futuro. quisiera volver a sentir lo que sentí, comprobar si no fue un sueño malvado. Ni lo que quedo imperecedero, no se libro de la cenizas del fuego que consumió sus recuerdos

domingo, 10 de agosto de 2014

De Mundos Separados

Las sórdidas palabras que retumban en mis oídos, casi camufladas en el tumulto de las voces. Ahora solo repito una y otra vez que esto acaba de empezar y e siento tan inútil en esta vía sin esperanza.
Estoy harto de ser solo el juguete que el niño apenas coge. Su voz fluye solo por interés y la mía por necesidad. Tan solo me siento como el pobre que no tiene aspiraciones, soy como el latón rodeado de plata. Me siento tan minúsculo que aveces pierdo la esperanza; somos de mundos tan diferentes, somos como el agua y el fuego. Parece que estás ciega para ver lo mas obvio y solo ves la presa indefensa. Tú que eres de grandes deseos y caprichos, yo soy el amo de la sencillez y la paciencia. Somos de mundos tan lejanos coincidiendo en el mismo sitio y estoy bajo el yugo de lo que no tengo, que parece una escalera para estar a tu altura.
Me siento vagabundo tocando sus penas en seis cuerdas en las que cada una guarda un recuerdo tuyo. Sin embargo no guardas pensamientos míos salvo para lo que te interesa.
Y ahora dejo estas palabras sabiendo que fueron escritas por tu propia pluma en manos de tu esclavo.

Trabajo de Esclavo

Caduca ya es la niebla que nos separa. Tú, que no me cansaré de admitirlo, despejaste la penumbra. Ya que por casualidad estamos aquí, decide tú, yo solo haré el trabajo duro y constante. Déjame torturado todos los días buscando la señal.
Este no es mas que el himno de un hombre cansado, que envejece a cada grano de arena que cae de mi reloj, aunque intacto se mantiene, algún día le llegará el final. Tú que sigues perfecta y eterna, sigues con los lazos atados perpetuando mi soledad. Defiendo que para mí, eres la cadena frágil en mis manos pero desperdicio el tiempo rompiéndola de otros brazos.
Tú que despiertas y me sumes en la ceniza del sueño; tan volátil y omnipresente. Solo me queda ahora levantar con mis manos de brisa y viento los restos de plomo que dejaste sin construir. Y yo sigo aquí, esperando y esperando sin encontrar salida de tu laberinto de sonrisas y miradas.
Quédate sentada, no tienes que hacer nada salvo dejarme las cosas tan difíciles que parezca inútil resistir. Ya que estoy tirado a la incertidumbre, solo puedo ofrecerte mis manos vacías mientras te dan manjares directos a la boca.
Sin quererlo y sin prometerlo me convertí en el esclavo de la voluntad impredecible. Yo que de aquí en adelante solo pido tu mirada cariñosa, yo que solo pido el tacto tácito, yo solo reclamo el tesoro de tu sonrisa y el placer de tu presencia.
Aunque la niebla siga estando ahí, quiero ver la luciérnaga que destaque entre la oscuridad. Solo  con eso tengo el único pretexto para seguir respirando, aunque no sea de tu aliento.